La diplomacia entre pueblos del mundo para enfrentar el virus

La diplomacia entre pueblos del mundo para enfrentar el virus

Apenas las posesionaron, las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores decidieron entrar al ruedo mundial para obtener de vacunas. Tenían la misión de conseguir las dosis necesarias para inmunizar a los bolivianos, en un contexto donde los gobiernos de los países que lograron producir una vacuna decidieron priorizar a su población. ¡Y qué gobierno no lo haría! 

Pero el trabajo de relacionamiento que emprendieron en todos los niveles y gracias a los lazos que el gobierno supo reconstruir entre Estados, tuvo el primer fruto: el 30 de diciembre de 2020, en vísperas de concluir el año, Bolivia firmó el contrato con Rusia para la compra de 5 millones de dosis de las vacunas Sputnik V. Esto posicionó al país como uno de los primeros en el mundo en negociar de forma directa con el Fondo Ruso de Inversión, y sin intermediarios, la compra de las dosis; además de ser priorizado entre más de 50 Estados que también solicitaron la vacuna, y ser el segundo país en Latinoamérica en comenzar la vacunación masiva 

Casi dos meses después, en febrero de 2021, también se suscribía el convenio con la República Popular de China –con quien también se reestablecieron relaciones– para la provisión de medio millón de vacunas Sinopharm: 400 mil adquiridas y otras 100 mil donadas por el gobierno chino. La Sinopharm fue una de las primeras vacunas que se registraron oficialmente para la comercialización a nivel mundial, con una efectividad del 86% y la eficacia de 100% para prevenir los casos de contagios moderados y severos. 

Las negociaciones a nivel internacional no solo se centraron en obtener las vacunas, sino también en lograr que los medicamentos básicos para tratar la Covid-19 lleguen a Bolivia a precios justos y asequibles para quien pudiera necesitarlos. Con ello, Bolivia buscó romper el monopolio que unos pocos tenían sobre los fármacos como el Remdesivir y Propofol, por ejemplo, que 2020 se convirtieron en casi imposibles de conseguir y, si alguien tenía la suerte de encontrarlos, debía recurrir hasta a endeudarse para lograr pagarlos. Varios fueron los casos. 

“Hemos detectado que en Bolivia y la región existe un monopolio en la importación de medicamentos que provoca un alza en los precios entre ocho e incluso nueve veces en relación a los precios de fábrica”, explicó al respecto el Ministro de Relaciones Exteriores, Rogelio Mayta.

El Ministerio de Relaciones Exteriores se contactó con más de 120 empresas farmacéuticas de 32 países del mundo para emprender una negociación sin intermediarios. 

Las primeras vacunas adquiridas a Rusia llegaron en enero de 2021. Fueron 20 mil dosis que se entregaron al Ministerio de Salud y Deportes, para su distribución a nivel nacional; en febrero llegaron las vacunas Sinopharm y en marzo las Astra Zeneca; estas últimas se gestionaron ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su mecanismo Covax, creado por la misma OMS para que los países con menos posibilidades accedan de forma equitativa a la distribución de las vacunas. 

Sin embargo, este proceso no fue un simple compra-venta como se imaginaría cualquier ciudadano. En los entretelones de la adquisición, las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores tuvieron que gambetear los “imprevistos” como, por ejemplo, que en la India –país en el que estaba la subsidiaria que proveería de las vacunas AstraZeneca a Bolivia y América Latina– el número de infectados por el virus creció, por lo que sus autoridades decidieron priorizar los inyectables para su población y cerrar las fronteras a la exportación de las mismas; esto implicaba la demora en la entrega de  las vacunas solicitadas en los contratos suscritos con países, entre ellos Bolivia, que también requerían las dosis. O que para enfrentar esta inminente demora en la entrega de las vacunas y con ello que más personas se enfermen durante la espera, se tuvo que recurrir a un nuevo proveedor con el que finalmente se atendió la premura. 

Tampoco es dato menor que, en agosto de 2021, México otorgó a Bolivia, en calidad de “préstamo” entre países hermanos,  800 mil dosis de vacunas que ya se producían en ese país, para salvar la demora de la entrega de las segundas dosis que debían administrarse a los bolivianos.  

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