¿Por qué es importante la participación de Bolivia?

El pueblo boliviano ha sido un ejemplo en la lucha por el derecho al agua. La resistencia al modelo de gestión privativa del agua, en Cochabamba durante la Guerra del Agua del año 2000, trascendió y tuvo eco en la Resolución 64/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y reconoce que el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial, para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.

Desde entonces, Bolivia ha venido ratificando constantemente la importancia del agua para la vida, a fin de alcanzar la universalidad de los servicios básicos, la protección y restauración de sus cuencas y ecosistemas vinculados, prevaleciendo la protección los mismos ante extremos, y priorizando la buena gobernanza y desarrollo integral de sus pueblos; todo esto, sin dejar de lado las fuertes raíces de la visión del Vivir Bien y de la armonía con la Madre Tierra y el cosmos, como el pensamiento milenario y ancestral de las naciones y pueblos indígenas que son mayoría y la base del Estado Plurinacional boliviano.

El agua es fundamental para la vida de todos los seres vivos en el planeta, es un elemento finito, vulnerable y esencial para sostener el equilibrio de la Madre Tierra y sus sistemas de vida. A medida que disminuye su disponibilidad también aumenta su situación de vulnerabilidad. Esto se debe, en especial, a la crisis climática ocasionada por un modelo de desarrollo poco sostenible, lo cual incrementa la incertidumbre en relación a su sostenibilidad.

Esta situación plantea grandes retos a los países del mundo, en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 6) y el Decenio Internacional para la acción «Agua para el desarrollo sostenible» (2018-2028).